Sunday, November 28, 2021

Adviento

 Adviento 2021

Domingo 28 de noviembre de 2021, hoy comienza un nuevo Adviento.  La palabra “Adviento” proviene de la expresión en latín adventus, y significa "venida del Redentor". Jesús viene, y el Adviento está destinado a ser una temporada de preparación para su llegada. Cuando celebramos un evento del pasado, nuestra alma, rememora ese suceso, el cual estalla en nuestra contemporaneidad, irrumpe en nuestro presente, da sentido al monótono paso del tiempo, y lo preña de Salvación.
En la tradición ortodoxa, el nacimiento de Jesús está vinculado a su muerte y a la ubicación que tiene en la tumba. Así mismo, hay una inclusión que marca el comienzo y el final de la vida terrenal de Jesús. En este icono, por ejemplo, el pesebre en el que está colocado el niño Jesús, se asemeja a un ataúd, lo que hace entender que, el nacimiento adquiere pleno sentido cuando se mira desde la perspectiva de la muerte, y viceversa.

La muerte deja de ser absurda cuando se ve como el cumplimiento de las promesas y el propósito del nacimiento. Además,  el pesebre aparece detrás de la mano de San José, como si lo sostuviera y se lo ofreciera a Jesús y María. San José aparece como constructor y donante del pesebre. Así, San José participa de manera muy especial, en los misterios del nacimiento y muerte de Jesús.

Otro elemento importante, es que, tanto en el Evangelio de Lucas, como en este ícono, el pesebre está en el centro de las composiciones literarias y pictóricas, respectivamente. El término español "pesebre" se traduce de la palabra en griego fa'tne (de pateomai, "comer"), y que a su vez, proviene del latín praesaepe, compuesto de prae, “al frente”, y saepes, “cerrado, recinto” (cf. “seto”). Indica un lugar cerrado para guardar los animales, y también puede representar, el contenedor que se usa para alimentarlos.

 

Por tanto, Jesús, al nacer, fue colocado en el contenedor de los alimentos de los animales. Se convierte en alimento para los hombres, es en el Evangelio de Lucas, donde se refleja la predicción de que, la muerte de Jesús, serviría para alimentar a los hombres. El nacimiento de Jesús se vuelve, por tanto, en un escenario eucarístico: el que da sentido al hambre y la sed humana, que se aparece en el mundo. Es hambre y sed de sentido, de propósito, de verdad, de don, y de Dios, las cuales solo Jesús es capaz de saciar.

 Aquí tenemos una mesa puesta, la comida es el mismo Cristo, y al mismo tiempo, esta mesa nos recuerda su muerte. En la composición visual, de hecho, la cueva del nacimiento también se convierte en la tumba donde será enterrado Jesús. El nacimiento y la muerte se encuentran, y el punto de contacto lo da el don eucarístico de Cristo y la comida del hombre, el banquete de bodas preparado por Dios.

 

Cristo es alimento precisamente porque es el Resucitado. No podría alimentarnos si permaneciera encerrado, dentro de los confines del nacimiento y la muerte. El pesebre indica tanto la muerte como el don de sí mismo como alimento, por parte de Jesús, precisamente porque se refiere a un acontecimiento que va más allá de la existencia terrenal de Jesús. Lo que trae a colación, una maravillosa paradoja: si bien el pesebre evoca simultáneamente, el nacimiento y la muerte, y el significado profundo de ambos, puede hacerlo precisamente porque la perspectiva de todo, es extra mundana, en la representación de la resurrección.

La referencia a la resurrección también viene dada por el hecho de que el niño Jesús está envuelto en pañales (tanto en Lucas, como en el ícono). Los vendajes / envolturas del recién nacido, son los mismos que envolverán el cadáver de Jesús. Indican tanto protección, acogida y cuidado, pero también, un estado temporal, destinado a ser superado. Las vendas usadas para cubrir al recién nacido, se utilizan para prepararlo para la vida fuera del útero materno. Así también, las vendas que envuelven a Jesús al bajarlo de la cruz, introducen el motivo de la Resurrección.

En conclusión, hemos visto que la visualización pictórica del texto del nacimiento de Jesús en el Evangelio de Lucas, destaca una conexión profunda y misteriosa (por explorar) entre el nacimiento, la muerte y la resurrección del Salvador, a través de los símbolos del pesebre y de las bandas que lo cubrieron. En el corazón de esta conexión, está el tema de la comida, “La Natividad” es un escenario eucarístico, por tanto, Jesús, es el alimento del hombre.

 

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